Una condición preexistente ya no es motivo para no poder obtener cobertura de salud, aunque en el pasado así fuera. Las compañías de seguros no te pueden rechazar ni pueden cobrarte más debido a tu condición. Una vez tengas seguro, la compañía no se puede negar a cubrir el tratamiento adecuado para una condición preexistente. La cobertura de las condiciones preexistentes comienza inmediatamente.