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De hecho, esa decisión podría causar un daño potencial a tu bebé.
Mantener a tu hijo saludable, desde la infancia hasta la edad preescolar y más allá, significa cumplir con el calendario de vacunación infantil establecido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). El calendario está diseñado para protegerlos de enfermedades graves. Si no están vacunados, la polio, la tosferina y las paperas pueden resultar en una hospitalización o incluso la muerte.
Es muy importante que tu hijo esté completamente vacunado contra enfermedades prevenibles mediante la vacunación. Esto significa completar el calendario de vacunas recomendadas a tiempo.
No deberías preocuparte por la seguridad de las vacunas. Los estudios (enlace en inglés) demuestran que son seguras, pero desviarte del calendario de vacunas recomendado no lo es. Los niños que no están vacunados o que solo tienen algunas vacunas pueden enfermarse. Esto ocurrió con un brote de sarampión (enlace en inglés) que comenzó en Disneyland en 2015. Un total de 147 personas de seis estados de EE. UU., México y Canadá se enfermaron.
El resurgimiento de enfermedades prevenibles con vacunas como el sarampión y la tosferina se asoció a personas que optaron por no vacunar a sus hijos o a ellas mismas. Las enfermedades que ponen en peligro la vida y que pensamos estaban bajo control están resurgiendo.
También es peligroso creer que las personas vacunadas evitarán que tu hijo no vacunado se enferme. Esto solo se cumple cuando casi todos los demás fueron vacunados. Cuando las personas deciden no vacunarse, incluso sola una, es menos probable que todos estemos seguros.
Incluso las personas que están al tanto de las vacunas suelen creer que no es tan grave saltarse una dosis. Si eres una de ellas, tal vez te preguntes: "¿no es suficiente con una dosis?"
Si deseas estar completamente protegido, la respuesta es no.
Las vacunas evitan enfermedades al imitar la infección de manera segura para que el cuerpo desarrolle inmunidad. Muchas vacunas requieren más de una dosis para lograr inmunidad completa. Una vacuna no es suficiente. Por ejemplo, la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubiola, conocidas por sus siglas en inglés MMR, (enlace en inglés) se aplica cerca del primer año de vida, una vez más antes de comenzar la etapa escolar y también se recomienda un refuerzo en adultos.
Una excepción es la vacuna contra el virus de papiloma humano (HPV, en inglés), para prevenir cánceres (del cuello uterino) cervicales y otros cánceres en niños y niñas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que los adolescentes comiencen con una serie de tres dosis a los 11 o 12 años. Las dosis se aplican en intervalos cuidadosamente programados.
La conclusión para los padres primerizos, y a los no tanto, es simple: un calendario de vacunas a veces puede parecer inconveniente, pero seguirlo de cerca puede ayudar a criar un niño saludable desde la infancia hasta la adultez.
Habla con tu pediatra para asegurarte de que las vacunas de tus hijos están al día.
Originalmente publicado: 7/30/2021; Actualizado 2022